A finales de los años 1990 y hasta 2002, David Schmidt (inventor) era dueño de una empresa involucrada en el desarrollo de equipos de supervivencia para la Marina de EE. UU. a través de subcontratistas gubernamentales.
Después de este trabajo, fue invitado a formar parte de un equipo de diseño del mini submarino de nueva generación de la Marina.
Este mini submarino debía estar habitado por los SEALS, y era necesario encontrar una forma de mejorar la energía y la capacidad de supervivencia de la tripulación sin tener que recurrir a la droga.

Durante su investigación sobre los efectos de la luz en el cuerpo humano, David también descubrió que los estudios de investigación habían demostrado que los efectos biológicos de la luz en el cuerpo no eran específicos de los aparatos que producen luz.
El avance de David se produjo cuando reconoció que las formas de onda de la luz infrarroja y visible producidas por los materiales orgánicos corresponderían mejor a las estructuras biológicas que a las formas de onda producidas por materiales inorgánicos o aparatos electrónicos.
Así que comenzó a experimentar con tipos específicos de azúcares orgánicos y aminoácidos. Ha creado soluciones compuestas por estereoisómeros de aminoácidos L y azúcares D capaces de automontarse en cristales nanométricos que, cuando están activados por calor corporal, emiten longitudes de onda específicas de infrarrojos y luz visible conocida por actuar por fototerapia y fotobiomodulación para producir efectos fisiológicos en animales y humanos. Y el resto es historia…”